JUEVES EUCARÍSTICO
Sexto día de la
Novena a los Santos Apóstoles
San Pedro y San
Pablo en oración por la
conversión y santificación
de la Iglesia.
25 de Junio 2015
Como sabemos
los Jueves son días especialmente dedicados a Nuestro Señor Jesucristo en la
Sagrada Eucaristía, y considero que en estos momentos que vivimos debe ser un
día para pedir perdón a Jesús Sacramentado.
Porque debemos reconocer que a Jesús realmente no se le conoce ni se le
da la adoración y el amor que sólo ÉL merece:
ÉL ES QUIEN ES, Dios y Hombre.
Pero sigue siendo manipulado, olvidado, despreciado, profanado
sacrílegamente, puesto en el Sagrario a un lado en los templos y en
el corazón de los católicos.
¡Es tan fuerte
la ceguera y la sordera de la inmensa mayoría de los católicos! Y por eso yo siento que no han llegado a
entender lo que verdaderamente es adorar y desagraviar a Jesús Hostia porque no
se ha entendido la expresión profunda, grandiosa, sublime, misteriosa pero
clara de Jesús “Quien come mi carne y
bebe mi sangre mora en mí y yo en él” (San Juan 6:56). Con esta expresión vivísima Jesús nos transmite
la plenitud de Dios, pero si no se vive en gracia ni se hace el esfuerzo no se llegará
a comprender en lo puramente humano y mucho menos en lo espiritual. Porque esta expresión no es para entenderla
con la inteligencia humana y teórica sino que se debe experimentar con sabiduría
divina que no se fundamenta en el afecto, sino que debe vivirse en y desde la
Fe, aún en medio de las sequedades que pueden presentarse en la vida espiritual
de cualquier cristiano. La expresión “Quien
come mi carne y bebe mi sangre” no es filosofía, es vida en plenitud, y quien
vive así, plenamente en Jesús, experimentará la alegría y la necesidad de participar
aun diariamente en la Santa Misa, y experimentará que su crecimiento como
cristiano es continuo y dará el fruto que el Señor espera de él… Quien no viva esta experiencia eucarística,
hostificante, no es digno de llamarse ni
cristiano ni discípulo de Cristo. Pero
quien la viva con humildad, con fortaleza, con constancia, podrá experimentar
lo que es “vivir en Cristo”.
Lo demás viene
por añadidura.
Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.