F. CÁTEDRA DE
SAN PEDRO
I
Pedro 1: 1-7; Mateo 16: 13-19
22
de febrero de 2013
El Garante de la Unidad en la Verdad, Su Santidad del Papa
Muy
Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Esta
fiesta de la Cátedra de San Pedro adquiere en estos momentos una importancia
enorme en la liturgia y la vida de la Iglesia.
Muchos creerán, equivocadamente por supuesto, que el Magisterio de
Benedicto XVI ya caducó, y es todo lo contrario, el Magisterio de Benedicto XVI
es plenamente actual y al decir actual, no solo al día de hoy, me refiero a
toda la vida de la Iglesia, por el hecho de que Benedicto XVI al igual que sus
antecesores en el Pontificado, pero él de una manera muy firme y muy clara en
el momento difícil que está viviendo la Iglesia, ha sido fidelísimo a la revelación
de Dios, ha sido fidelísimo a toda la verdad que Dios ha revelado, culminando
en Jesucristo.
Su
Santidad Benedicto XVI aún en medio de toda la contradicción del mundo pagano, aún en medio de la superficialidad de muchos
católicos, aún en medio de situaciones de pecado en que quisieran mantenerse
muchísimos católicos, y que quisieran o pretendieran ser tolerados Benedicto
XVI ha sido firme. Y no solamente ha
sido firme, y no solamente ha sido fiel, sino que él en ese profundo espíritu
de unión con Cristo ha sabido continuar descubriendo los insondables tesoros de
la Revelación de Dios para comunicarlos a toda la Iglesia, Benedicto XVI no ha
aumentado la revelación de Dios, como tampoco la ha aumentado Juan Pablo II ,
ni la aumentó Juan Pablo I, ni la aumentó Pablo VI, ni la aumentó Juan XXIII,
ni la aumentó Pio XII, ni la aumentó Pío XI, ni la aumentó San Pio X, ni la
aumentó ningún Papa, ni la aumentó San Pedro, sino que han sido fieles, pero
han venido descubriendo para toda la Iglesia ese tesoro inagotable del Señor, y
eso es lo que ha hecho Benedicto XVI con una sabiduría formidable, ha
continuado descubriendo y enseñando las bellezas de Dios, la profundidad de
Dios, ha continuado comunicándole a la Iglesia la profundidad del Misterio de
Cristo y ha guiado a la Iglesia hacia esa vivencia, porque ciertamente el
Misterio de Cristo que el Papa ha ido comunicándole a la Iglesia no está aquí,
(en la mente), está aquí, (en el corazón), y no es para entenderlo, es para vivirlo, el
Papa no ha comunicado a la Iglesia un intelectualismo vano, el Papa ha
comunicado a la Iglesia vida, y una vida que está en Cristo.
Y
todo ese magisterio de Benedicto XVI, aunque él luego abandone el cargo de Pontífice,
ese Magisterio continuará siendo vida para la Iglesia, y por eso más que
ponerle atención a visionarios, o a supuestos videntes, o supuestos mensajeros,
debemos ponerle atención al Magisterio de la Iglesia, debemos ponerle atención
al Magisterio del Papa, hoy Benedicto XVI, dentro de unos días, será otro, pero
igual, será Pedro, que continuará guiando en Nombre de Cristo a toda la
Iglesia. Así como hemos sido fieles a
Juan Pablo II, así como hemos sido fieles a Benedicto XVI, deberemos continuar
siendo fieles a su sucesor, llámese como se llame, dirija a la Iglesia en
tiempos fáciles o en tiempo difíciles;
lo cual es más difícil, y eso no nos puede arredrar, y eso no debe hacernos
poner la atención en otras cosas, sino que debe mantenernos firmes en la
Revelación de Dios que mantiene la Iglesia a través del Sumo Pontífice, si es
necesario olvidémonos de visiones, si es necesario olvidémonos de
manifestaciones que se salen del Magisterio de la Iglesia, o que mal
interpretan la Biblia, o que mal interpretan el Magisterio de la Iglesia y
centrémonos verdaderamente en la claridad del Magisterio de Benedicto XVI. Muchos dicen que es difícil de entender, es
difícil de entender para los necios, es difícil de entender para los soberbios,
es difícil de entender para los católicos que quieren mantenerse en la
ignorancia culpable, pero es fácil de entender para quien hace oración, no para
quien reza, sino para quien ora.
Por
eso démosle gracias al Señor en este día por su Santa Iglesia, démosle gracias
al Señor en este día por el Pontificado que mantiene la unidad de la Iglesia en
la verdad, que mantiene la unidad de la Iglesia en Cristo, que mantiene la
unidad de la Iglesia en y a partir de la Liturgia, démosle gracias al Señor y
con humildad en esta Eucaristía digámosle al Señor, como María Santísima, “hágase
tu Voluntad”, y ciertamente la Voluntad
del Señor no está en cosas pasajeros, en visiones, en gustos personales, la Voluntad
del Señor está con toda seguridad en la Jerarquía que el mismo Cristo ha
establecido en la Iglesia y que continuará
muy a pesar de los superficiales, muy a pesar de los enemigos de la
Iglesia, muy a pesar de los cobardes, muy a pesar de los ignorantes en el
espíritu, pero que sabe guiar a los sabios en el espíritu y no a los sabios en
la carne.
Mantengámonos
firmes en esto, aunque implique acompañar
a Su Santidad el Papa en el sufrimiento, aunque esto implique acompañar al Papa
hasta el derramamiento de la sangre por Cristo, lo que se aparte de eso es
basura, lo que vaya en el camino de la Cruz de Cristo en unión con el Papa, es
tesoro, que no se debe perder sino procurando llegar a la plenitud de ese
tesoro en el Reino Eterno. Así sea
Pbro. José Pablo
de Jesús, o.c.e.
“¡Ego
adoro Te et satisfactio Te, Iesus Oblatio!”
“¡Nunc et Semper, hic et omnium locum in aeternum!”