FIESTA
DE LA
VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA
A
SU PRIMA SANTA ISABEL
Martes
31 de Mayo 2011
Muy
queridos hermanos en el Señor, una vez más nos encontramos ante una de las
páginas preciosas de la Palabra de Dios,
la página en la que se nos relata este hecho dentro de la historia de la
salvación, el momento en que María Santísima visita a su prima santa Isabel, e
inspirada por el Espíritu Santo para proclamar las maravillas del Señor, el
Magnificat, que no es una oración cualquiera, es la oración de María inspirada
por el Espíritu Santo y esto, queridos hermanos nos llama a descubrir la
profundidad de Dios en aquel momento.
Muchos hablarían con ocasión de este hecho de actitudes puramente
humanas, de actitudes puramente sociales, e incluso las confundirían con la
lastimosa alcahuetería, con la lastimosa tolerancia que se ha convertido en
silencio cobarde ante el pecado. Y
ciertamente esa no fue la actitud de María, Ella no actuó en ningún momento de
su vida, ni siquiera en esta visitación, por pura conmicerasión social, María
Santísima actuó bajo el impulso del Espíritu Santo, bajo la inspiración del
Espíritu Santo, fue a visitar a su prima, pero. para qué? Porque Isabel también estaba esperando a su
hijo, Juan el Bautista! Fue para
acompañarla y ayudarla en las labores de la casa, durante el tiempo de
embarazo. Además de eso que no se niega,
María fue especialmente a hacer lo que todo cristiano debe hacer hoy, María fue
a visitarla para llevarle la presencia de Jesús, María ya tenía al Verbo de
Dios encarnado en Ella, María Santísima ya llevaba en su seno al Hijo de Dios e
Hijo del Hombre, Jesucristo, el Mesías
prometido, la presencia del Salvador, del Señor. María Santísima, no fue donde Isabel a
realizar una simple caridad social, sino que fue a realizar la caridad
ágape, que es vivir en Dios, y cuando
María Santísima saludó a su prima Isabel, inmediatamente Isabel experimentó que
se le estaba comunicando la presencia de Dios, la presencia del Salvador, y por
eso exclamó "Bendita Tú entre las mujeres y Bendito el Fruto de tu
Vientre". Queridos hermanos, cada
uno de nosotros si verdaderamente somos cristianos tenemos que llegar a vivir
lo mismo que vivió María durante su vida terrenal, para que algún día lleguemos
a vivir lo que María vive ya en su vida celestial.
María
llevó en sí misma al Salvador, al Señor, pues bien, nosotros tenemos que llevar
en nosotros mismos a Cristo, no basta que nos llamemos cristianos, no basta que
nos llamemos católicos de boca para afuera.
¿Por qué María Santísima llevaba en sí misma a Cristo?, porque abierta al
Espíritu Santo permitió que el Verbo de
Dios se encarnara en Ella, y ¿cómo vamos a permitir nosotros que se nos encarné
el Hijo de Dios? Viviendo constantemente
la Eucaristía, comiendo la Carne y bebiendo la Sangre de Cristo en la Sagrada
Eucaristía, es el Verbo de Dios que se
nos encarna como se encarnó en María Santísima, pero atención "Recibiendo
la Sagrada Comunión", no es un pan cualquiera, para eso cada uno lo toma
con su mano, Cristo en la Eucaristía es el Sagrado Alimento de Dios para el
hombre. Por tanto el hombre debe
recibirlo como Sagrado Cuerpo y Sagrada Sangre.
María Santísima no tomó la Persona del Verbo de Dios, por la acción del
Espíritu Santo lo recibió, recibió a la Persona del Hijo de Dios, que fue quien
tomó carne y sangre de María Santísima. El se entregó, así como en la Eucaristía se
nos entrega. Ese es el motivo teológico
por el cual no debemos tomar la Eucaristía en la mano, sino que tenemos que
recibirla en la boca de manos del Sacerdote,
“Ipse Christus”… “el mismo Cristo”…
Quien vive esa actitud imitando a María
Santísima, experimentará entonces el mismo poder del Espíritu Santo que
experimentó María Santísima para proclamar las grandezas del Señor, para
alegrarse en el Señor, para reconocer la grandeza de Dios, para recibir la felicitación de toda la humanidad que traslada a Dios directamente, porque Dios
es el único que merece toda felicitación, porque las obras de la gracia no son
producto del ser humano, sino que son fruto de la Verdad y Amor Infinito de Dios, que actúa a través del ser humano,
como actúo a través de María, siendo ÉL quien actúa. Por eso queridos hermanos, es importante que
aprendamos a vivir la Eucaristía con las mismas actitudes de María, entonces
seremos capaces de colaborar en la verdadera necesidad que tiene todo el mundo que no es una necesidad sólo de tipo
material, de tipo económico, social, sino que ante todo es de tipo moral y
espiritual, la mayor necesidad que el mundo tiene, es la necesidad de Cristo,
el mundo de hoy no necesita sólo valores humanos, el mundo de hoy necesita a
Cristo. Si el mundo de hoy como fruto de
una vida cristiana recupera a Cristo, lo demás, los valores humanos, vendrán por
añadidura, si el mundo se aleja de Cristo, termina de perder todo, si el mundo
recupera la presencia de Cristo por el testimonio de nuestra vida eucarística,
el mundo recuperará a Cristo y por tanto recuperará también la añadidura.
Hermanos si realmente decimos que somos hijos de María Santísima, no la manipulemos, respetemos a María, amemos a María, acompañemos a María, imitemos a María, recibamos a Cristo en la Eucaristía, y mantengamos y llevemos a Cristo por todas las calles, por todas las casas, en todos los trabajos, en todas las actividades sociales, llevemos a Cristo a la vida política, a la vida comercial, a la vida cultural, a la vida educativa, como María Santísima se lo llevó a Santa Isabel, que cada día de nuestra vida se convierta en una prolongación del día que María visitó a Santa Isabel llevándole a Cristo, así el mundo tendrá la Paz de Cristo. Hermanos con María y como María vivamos en Cristo y llevemos a Cristo al mundo entero, así realizaremos el Reino de Dios en el tiempo y en la eternidad. Así sea. v.v.q.c.
Hermanos si realmente decimos que somos hijos de María Santísima, no la manipulemos, respetemos a María, amemos a María, acompañemos a María, imitemos a María, recibamos a Cristo en la Eucaristía, y mantengamos y llevemos a Cristo por todas las calles, por todas las casas, en todos los trabajos, en todas las actividades sociales, llevemos a Cristo a la vida política, a la vida comercial, a la vida cultural, a la vida educativa, como María Santísima se lo llevó a Santa Isabel, que cada día de nuestra vida se convierta en una prolongación del día que María visitó a Santa Isabel llevándole a Cristo, así el mundo tendrá la Paz de Cristo. Hermanos con María y como María vivamos en Cristo y llevemos a Cristo al mundo entero, así realizaremos el Reino de Dios en el tiempo y en la eternidad. Así sea. v.v.q.c.
Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.
"¡TE ADORO Y TE DESAGRAVIO, OH JESÚS HOSTIA!"
"¡AHORA Y SIEMPRE, AQUÍ Y EN TODO LUGAR!"