San José, Custodio de Jesús y de María Santísima

19 de Marzo de 2011

Ciertamente esta Solemnidad nos presenta cada año la figura humilde pero al mismo tiempo grandiosa de San José.  Pero podemos preguntarnos, ¿será suficiente tener presente a San José, como a muchos otros santos, presentes en nuestra vida sólo el día de su fiesta?.  Ciertamente que no.  Particularmente en este caso, San José ha de estar muy presente en nuestra vida personal y eclesial todos los días, no sólo con su intercesión, muy necesaria, sino urgentemente con su ejemplo y enseñanzas.  San José nos da ejemplo maravilloso de Fe, ya que recibiendo la manifestación de la Voluntad Santísima de Dios que le comunica el Arcangel, la cumple no sólo en una ocasión, sino durante toda su vida.  Y ello le lleva a vivir siempre desprendido de la seguridad de una vida egoista y tranquila, para cumplir el compromiso divino de ser hasta la muerte el "Custodio de Jesús" en una preciosa y responsable colaboración con la Santísima Virgen María.  Considero que también nosotros, viviendo como San José ese cristiano desprendimiento de todo, de todos y de sí mismo a ejemplo de Abraham, hemos de olvidarnos de nuestyras comodidades, gustos superfluos y seguridades que ofrece el mundo, para ser también nosotros "Custodios de Jesús Sacramentado", tanto en su Divina y constante Presencia en el Sagrario como en su Perpetuo Sacrificio del Altar, como también al momento de recibirle comiendo su Carne y bebiendo su Sangre.  Como San José, seamos "adoradores eucarísticos perpetuos", tanto en la Liturgia como en la vida ordinaria de cada momento, lugar y circunstancia.

Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.