JESUS HOSTIA NO ES AMADO, ÉL MERECE NUESTRO AMOR DESINTERESADO

DOMINGO 9° DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

Lectura:  I Corintios 10:6-13; Salmo 8:2;
Salmo 58:2;  Evangelio:  San Lucas 19:41-47



26 de Julio de 2015

Muy queridos Hermanos todos en Cristo Jesús:

Comienzo hoy citando otro texto del Apóstol San Pablo, por ser el gran Apóstol de los gentiles, nosotros lo somos, y además el Apóstol que con una gran fidelidad a Nuestro Señor y a su Primer Vicario en la tierra, el Apóstol San Pedro, y que precisamente por esa fidelidad y por el bien de la Iglesia no tuvo reparo en llamarle la atención a éste con caridad, con firmeza, con claridad, poniendo también en práctica un consejo que le daba su discípulo San Timoteo:  “Predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, vitupera, exhorta con toda longanimidad y doctrina, pues vendrá tiempo en que no sufrirán la sana doctrina; antes, por el prurito de oír, se amontonarán maestros conforme a sus pasiones, y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas.”  (II Timoteo 4:2-4)

¿Por qué menciono esas palabras de San Pablo?  Sí, hermanos, insisto a tiempo y a destiempo:  vivimos en un mundo de ídolos, un mundo de pecado, y muchas veces de pecados muy sutiles en los que podrían encontrarse más de un católico a quien se le considera muy fiel… Pecados como el de la pereza espiritual, o como el de la confusión, o como el de la irresponsabilidad de padres de familia que tranquilamente delegan la educación de sus hijos en un sistema educativo corrupto y corruptor..  Pero lo peor de todo: vivimos en un mundo que como dice también el mismo Apóstol, ha tentado a Cristo, y al hablar sólo de misericordia pretende burlarse de la Gloria de Dios.  Un mundo que está haciendo llorar a Jesús como lloró sobre Jerusalén, porque es un mundo que busca la paz falsa, la que ofrece Satanás, rechazando la verdadera paz que sólo Cristo Nuestro Señor puede dar, porque ÉL mismo y sólo ÉL es la Paz.   Pero, voy a insistir:  ¿dónde, cómo encontrar esa Paz que es Jesús?

Insisto porque sólo en Jesús Hostia se puede encontrar la paz que el mundo no puede dar.

Y por eso, porque se desprecia a su Santísima Madre la Virgen María al convertir la Romería del 2 de Agosto en una simple actividad deportiva o cultural durante la cual ni siquiera se visita a Jesús en los templos que se encuentran en el recorrido, ¿y cómo van a entrar en dichos templos si van en ropa no adecuada?; o la misma Romería es manipulada por gente que promueve pecados aberrantes contra Dios y contra la misma sociedad; porque se ha despreciado su Misterio Eucarístico; porque se le ha profanado; porque se le desconoce; porque es negado por muchos de los mismos pastores; porque se le anteponen devociones que aunque son buenas son optativas, no absolutamente necesarias para la salvación; porque se le ha relegado a capillas laterales; porque el altar de su Sacrificio lo convierten en una mesa de banquetes o de reuniones aparentemente espirituales; porque se mezclan con su Santo Sacrificio cultos satánicos; porque se le recibe en la Sagrada Comunión rutinariamente, descuidadamente, sin la debida preparación, sin estar dispuesto a seguir el proceso de santificación; porque se convierten sus templos en simples salones de conciertos musicales, o en salas de banquetes sociales o de banquetes sacrificiales simplemente recordatorios de un pasado; porque tanto hombres como mujeres asisten a los templos en ropa no propia ni apropiada; o porque se convierte la Iglesia en una simple institución social o política; porque se distribuye su Cuerpo y Sangre de pie y en la mano, o le distribuyen manos no consagradas; porque se da la burla y la persecución contra quienes desean ser fieles a Jesús; porque se da la división dentro de la misma Iglesia en torno a Jesús Hostia… Jesús ha tomado el látigo para purificar su Iglesia, para sanar su Cuerpo.

Pero podemos preguntarnos ahora:  ¿cuál látigo ha tomado Jesús en este momento?  Abramos los ojos del corazón y de la razón:  Jesús está utilizando el látigo de los gobiernos materialistas que pretenden incluso mandar en la Iglesia, el látigo de los errores que confunden a los soberbios, el látigo de la ceguera de los pueblos que se dejan gobernar por instituciones internacionales o gobiernos extranjeros que promueven el pecado y las filosofías paganas, el látigo de la corrupción que aparta a quienes pretenden manipular la misericordia de Dios sin someterse a su Justicia.

¿Y cuál es la solución a todo eso?  Insisto: Hacer que Jesús sea verdaderamente el Señor de nuestras vidas, Señor de la Iglesia, Señor de la sociedad civil, Señor de la nación, Señor del mundo, Señor de la familia, Señor del Gobierno, Señor de la Educación, Señor de la Política, Señor del deporte, Señor de la industria, Señor de la agricultura, Señor de todo y de todos desde su Misterio Eucarístico.  Jesús desde la Hostia que es Oblación, Jesús desde la Hostia que es Presencia Divina, Jesús desde la Hostia que es Alimento de vida eterna, Jesús Hostia Señor del tiempo y del espacio.  Vivamos entonces el Misterio Eucarístico en todos sus aspectos:  Jesús en el Santo Sacrificio de la Santa Misa realmente celebrada según la Tradición Apostólica; Jesús en la Sagrada Comunión recibida en adoración, con respeto, con amor, de rodillas y en la boca; Jesús Presente en el Sagrario, adorado con las rodillas en tierra por la genuflexión bien hecha cada vez que se pasa delante de ÉL, visitado con frecuencia a ser posible diaria, Jesús Hostia amorosa y fielmente servido por sus Sacerdotes.  Sólo así la Iglesia y el mundo encontrarán su verdadera y plena realización en el tiempo, enfocados hacia la eternidad.  Jesús Hostia centro de la Iglesia por la unidad en la Fe, unidad en la Esperanza, unidad en la Caridad.  Jesús Hostia fuente de pureza para niños, señoritas, jóvenes, adultos, ancianos. Jesús Hostia Fuente de la vida y misión de la Iglesia.    Jesús Hostia Centro de la vida y misión de la Iglesia.  Jesús Hostia Cumbre de la vida y misión de la Iglesia.   Todo Sacerdote ha de ser de y para Jesús Hostia.  Todo Católico ha de ser de Jesús Hostia.  Toda la Iglesia es y debe ser de Jesús Hostia.  ¡Adorado y desagraviado sea Jesús Hostia!  ¡Ahora y siempre, aquí y en todo lugar!


Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.