La Ascensión nos lleva a Jesús Hostia


14 de Mayo de 2015


¡Adoratus et satisfactus Iesus Oblatus sit! 

Hermanos todos en Jesús Hostia:  cada día que pasa me "ocupa muy seriamente" lo débil e incluso lo negativo que es la relación de la inmensa mayoría de cristianos con Nuestro Señor, lo equívoca que es, la desacralización de la misma.  Antes que darle a Jesús lo que ÉL merece, se le convierte muy sutilmente en lo que ÉL no es: profeta como cualquier otro, servidor social, lider político, guerrillero, semidios, simple filósofo... A Jesús se le debe conocer, se le debe tratar, se le debe dar a conocer como Quien es en verdad: Dios y Hombre verdadero.  No se le encuentra en donde  cualquiera  pensara buscarle, sino en donde ÉL ha querido quedarse como Fuente, Centro y Cumbre de la vida y misión de su Iglesia: el Misterio del Santísimo Sacramento del Altar.  Pero no nos refiramos a este el más grandioso y sublime tesoro de la Iglesia como si fuera un objeto muy valioso pero lejano... Es Jesús vivo que sigue entregándose en lugar nuestro al mismo tiempo que está presente el el Sagrario y se nos entrega como alimento de vida eterna.  Por estos tres motivos hemos de referirnos a ÉL como PERSONA, hemos de tratarle como PERSONA. Y sabiendo que "Hostia" es traducción del Latín "Oblatio" que significa "Víctima", a ÉL podemos llamarle "JESÚS HOSTIA" -en Latín: IESUS OBLATIO".   Sí, Jesús es Víctima en la Santa Cruz; Jesús es Víctima en el "Sagrado Encierro del Sagrario; Jesús es Víctima en la Sagrada Comunión. "¡Te adoro y te desagravio, Jesús Hostia!"  ¡Que Jesús Hostia sea siempre, en todo lugar y circunstancia, el Centro absoluto de nuestras vidas y actividades!  ¡JESÚS HOSTIA!  ¡JESÚS HOSTIA!  ¡JESÚS HOSTIA!

Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.