La Cruz es nuestra vida

FIESTA DE LA EXALTACION DE LA SANTA CRUZ

Domingo 14 de Septiembre de 2014

Filipenses 2: 5-11;  Salmo 2: 8-9;
San Juan 12: 31-36






Muy queridos hermanos en el Señor:

Lastimosamente en el mundo católico de hoy día en general, se le da muy poca importancia a esta Fiesta que es ciertamente muy importante, especialmente constatamos esto aquí en Centro América, en Costa Rica, por las celebraciones cívicas de la Independencia Nacional, la Fiesta Religiosa de la Santa Cruz queda totalmente opacada, incluso estoy seguro de que hay muchísimos católicos que no saben que el 14 de Septiembre es la Fiesta de la Exaltación  de la Santa Cruz, sin embargo tiene una importancia enorme.  

Por eso lo que nos decía el Apóstol Pablo en su carta a los Filipenses.  Y qué nos daba a entender Pablo en esa Lectura, precisamente todo lo contrario de lo que el mundo enseña, todo lo contrario de lo que el mundo promueve…  ¿Qué es lo que promueve el mundo?:  la soberbia, el orgullo, el poder, la fama, y el Hijo de Dios, Dueño de todo el mundo, ¿qué nos dice?:  tomando sobre sus hombros la Cruz, nos dice que tenemos que ser humildes y capaces de vivir también nosotros como El y con El la Cruz… ¡Qué miedo le tiene hoy día el mundo a la Cruz!, sin embargo podemos estar en un mil por ciento seguros de que sólo el camino de la Cruz es el camino de la salvación, entendiendo por salvación lo que siempre hemos dicho:  Plenitud.   Hoy día, muchísimas organizaciones del mundo nos ofrecen plenitud y nos llevan al engaño de que la plenitud está en el goce de los placeres del mundo; ¡Qué error más grande! ¡Qué mentira más grande! y nos ofrecen placeres que, en sí mismos, por sí solos, pueden ser lícitos, no necesariamente pecaminosos,  pero que pueden ser la puerta para pasar de lo lícito a lo ilícito y a lo pecaminoso;  por ejemplo, quien llega a obtener muchos bienes materiales, eso no es ilícito, si alguien a base de su trabajo honrado obtiene muchos bienes, eso no es pecado pero, si por tener muchos bienes materiales , se encierra en el egoísmo material y espiritual, eso sí es pecado. 

Por eso queridos hermanos, el camino a la plenitud no es necesariamente el bienestar temporal, el camino a la plenitud es aquel que Cristo nuestro Señor, sin necesitarlo El mismo siguió, el camino de la Cruz, el camino de la humildad, el camino de la entrega, la propia entrega… Cristo se entregó en la Cruz, Cristo en la Cruz se nos entrega, Cristo en la perpetuidad eucarística de su Cruz se nos sigue entregando.

Queridos hermanos, aquí hay otro posible engaño del mundo actual, infiltrado incluso en la vida de la Iglesia; en ciertos sectores de la Iglesia hoy día están promoviendo una religión fácil, una religión cómoda, aquella que en mundo llamarían la religión light.  Cualquier religión cómoda, fácil, light, es falsa, la única religión verdadera, es la religión que sigue al Crucificado, la única religión verdadera es ésta que nos enseña a imitar al Crucificado, así como Jesús se entregó en la Cruz, así también nosotros hemos de entregarnos en la Cruz. 

Por supuesto, ninguno de nosotros va a morir como Jesús clavado en la Cruz, primeramente porque no lo merecemos, el gran apóstol San Pedro no se creyó digno de morir exactamente como Cristo y pidió que lo crucificaran cabeza abajo, donde Cristo tuvo los pies.  Es muy posible que ninguno de nosotros merezca semejante premio, pero sí hemos de estar dispuestos a cargar la Cruz del dolor, si eso llegara; hemos de estar dispuestos a cargar la cruz, muy especialmente del olvido de nosotros mismos para entregarnos y como siempre lo hemos dicho entregarnos como Jesús mismo continúa su Cruz Eucarística en el Altar, en dos sentidos:  Cristo perpetua en el Altar de la Eucaristía su Cruz primeramente para la Gloria de Dios Padre, y en segundo lugar para colaborar en la salvación y la plenitud del prójimo. 

Pero queridos hermanos quien me diga a mí que ama al prójimo  porque lo ayuda en muchas cosas, quien me diga que ama al prójimo porque le da limosna, quien me diga que ama al prójimo porque le regala una silla de ruedas al paralitico, pero no es capaz de entregarse como Cristo y en Cristo para la Gloria de Dios Padre y para la santificación de ese mismo prójimo es un mentiroso, en todo caso estará practicando la filantropía, pero no la verdadera caridad que tiene su fuente innegable en la Cruz.

Queridos hermanos ese es el gran ejemplo que Cristo nos da, y esta Fiesta de hoy debe tener para nosotros varios frutos, el primero, aquel que también nos insinúa muy preciosamente la Liturgia de hoy, cuando nos motiva para decir:


“Te adoramos, oh, Cristo y te bendecimos, pues por Tu Santa Cruz redimiste al mundo. - Adoramus te Criste et benedicimus tibi,quia per sanctan crucem tuam redimisti mundum”. 

Debemos adorar a Cristo crucificado, mucho nos critican a los católicos, porque el Viernes Santo adoramos la Cruz, no es un pedazo de madera lo que estamos adorando, es a Cristo Crucificado a Quien se adora, pero no hay que adorarlo sólo el Viernes Santo, hay que adorarlo en la Cruz, día tras día, cuando se participa en su Santo Sacrificio de la Cruz Eucarística en el Altar de la Santa Misa;  y además queridos hermanos, el otro fruto de esta Fiesta debe ser precisamente nuestra propia crucifixión, aceptando con paz todo lo que llega a nuestra vida, aceptando con verdadera paz responsable lo que llega a nuestra vida, ofreciéndoselo a Dios en la Cruz Eucarística de Cristo.  Y el tercer fruto ha de ser olvidarnos  de nosotros mismos para ayudar al prójimo a vivir también la plenitud de Cristo Crucificado, no podemos contentarnos con dar limosna, no podemos contentarnos con dar bienes materiales al prójimo, no podemos contentarnos con darle al prójimo bienes culturales, sino que debemos darle al prójimo aquello que también en otras oportunidades hemos dicho, la vida en Cristo, no debemos buscar entregarnos al prójimo para que el prójimo nos alabe, no debemos ayudar al prójimo para que el prójimo se pegue a nosotros como un parásito, sino que debemos ser canales, debemos ser puentes a través de los cuales la gracia de Cristo, la plenitud de Cristo Crucificado llegue al prójimo, y consecuentemente el prójimo también llegue a Cristo, sin quedarse en nosotros, ese es el puente que llamamos Cruz. 

Hermanos,  mañana estaremos celebrando la Independencia Cívica, yo siempre me pregunto, qué independencia tiene Centroamérica, si Centroamérica al igual que muchos países en el mundo en este momento es esclava del materialismo ateo, esclava del relativismo inmoral que domina en el mundo.  Por tanto en estos días oremos y propongámonos trabajar cristianamente, entregarnos y vivir nuestra Cruz, la Cruz de Cristo para que Centroamérica llegue a vivir la verdadera y plena independencia, no sólo en el tiempo y en lo material y temporal, sino también en lo moral, en lo espiritual y en lo eterno.  Qué así sea.


Pbro. José Pablo de Jesús Tamayo Rodríguez, o.c.e.