¡NO A LAS ARMAS, SÍ A LA CRUZ REDENTORA DE JESÚS!

¡¡¡ADORADO Y DESAGRAVIADO SEA JESÚS HOSTIA!!!


La violencia, el odio, el terrorismo no son queridos ni mucho menos bendecidos por Dios, antes bien son pecado grave.  La única solución a todos los problemas de la humanidad tiene su fuente en el Sacrificio de Cristo Nuestro Señor en la Cruz, que ÉL renueva cada día sobre el Altar de la Santa Misa, siempre y cuando sea celebrada como ÉL mismo lo instituyó:  como Sacrificio propiciatorio, no como banquete ni fiesta ni reunión puramente humana.  Por eso debemos entender la convocatoria de S.S. el Papa Francisco como él la ha hecho en lo profundo de su corazón:  en el sentido de que ciertamente toda la humanidad debe volverse al único Dios verdadero y a su Enviado, Jesucristo, porque sólo en ÉL está la Paz que se necesita, que no se logrará nunca con el ruido asesino de las armas, sino con la fuerza de las rodillas que se doblan ante Dios en unión con la Santísima Virgen María, San José, San Pedro y San Pablo, y todos los Santos, adorando a Dios Uno y Trino, aceptando y viviendo con humildad y fortaleza sus Mandamientos y enseñanzas.  No podemos dejarnos engañar por el materialismo masónico que pretende hacer caer a los católicos en un ecumenismo equívoco, tolerante y promotor del pecado.  Con y como Nuestra Señora del Fiat oremos, vivamos el Santo Sacrificio de Cristo, y seamos "Hostias vivas, santas y agradables para Dios Padre en Cristo Jesús por el Poder del Espíritu Santo".  El Señor les hostifique a todos y cada uno.

Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.

El Grano de fe eucarística

DOMINGO 25° DESPUES DE PENTECOSTES       (6° después de  Epifanía)                                                                                                                          15 de Noviembre de 2015
I Tesalonicenses 1:2-10;  Salmo 43: 8-9   Salmo 129:1-2; San Mateo 13: 31-35


Muy Queridos Hermanos en Cristo Jesús:

Hace aproximadamente unos 20 días Opus Cordis Eucharistici cumplió treinta y tres años de haberse iniciado en el seno de la Iglesia, y después de algunos años alcanzó la aprobación diocesana canónica, con el Vo.Bo. de la Santa Sede.  Y dicho aniversario ha sido ocasión para que durante estos últimos meses vengamos, especialmente este su servidor, analizando el fruto que esta Obra del Señor ha venido dando para la Gloria del Señor y bien de la Iglesia y de las almas.  Y con toda sinceridad, humildad y decisión cristiana ese análisis ha de ser una “autocrítica constructiva”.  Debido a ello a todos Ustedes les consta que desde hace tiempo pero en especial más recientemente vengo insistiendo en la necesidad de vivir la verdadera Liturgia de siempre, en la urgencia de renovarse en la verdadera Doctrina de siempre, en “ser hostias vivas en Cristo”, en fortalecer el “espíritu de adoración perpetua”, en vivir la “Cruzada Eucarística”…

¿Por qué hago mención de todo lo anterior?.  El motivo es que todo eso forma parte integral del “Grano de mostaza”, “Grano de la Fe” que el Señor, Único Verdadero Pastor Universal, ha sembrado en cada uno y todos los que a lo largo de estos treinta y tres años y en muchos lugares, de muchas y variadas maneras y diversos grados, han participado de esta Obra, al igual que en cada uno de Ustedes que hoy participan de esta Santa Misa, así como aquellos que lean o escuchen esto en los próximos días.

¿Y a qué hemos de llegar con esta mención, con esta aplicación de las parábolas del Evangelio de hoy?

Muy queridos hermanos, en el Nombre del Señor llamo, exhorto a todos, tanto a Ustedes que hoy participan en esta Santa Misa así como a quienes esto lean y/o escuchen, y que sientan el anhelo, el llamado del Señor para vivir una auténtica espiritualidad eucarística por amor radical a Jesús y a la Santa Iglesia a imitación de Nuestra Señora del Fiat, de San José, del Apóstol San Pablo… ¿A qué llamo?...  ¿A qué exhorto?...

Les exhorto a que volvamos a unirnos, no en grupo, sino como un verdadero cuerpo por cuyas venas corra la savia, el espíritu de Jesús Hostia, para así, en y desde el Corazón Eucarístico, Corazón Hostificado de Cristo Nuestro Señor,  colaborar en la revitalización de la Santa Iglesia para el Reino y la Gloria de Dios Uno y Trino.

Sí, hermanos, volver a unirnos como un verdadero cuerpo… Porque durante mucho tiempo el enemigo, el demonio a través de la masonería y de la sociología materialista ha tratado de destruir esta Obra, ha tratado de ahogar y secar ese “granito de mostaza”, “granito de vida hostificada” que he sembrado.  Y eso sucederá si cada uno se mantiene aislado, sólo, apartado, débil.  En cambio unidos en Opus Cordis Eucharistici, en el seno de la verdadera Iglesia “Católica”, “Única”, “Una”, “Santa”, “Apostólica”, “Romana”, unidos no como grupo o institución que sólo se reúne una vez cada cierto tiempo confiando en armas y doctrinas materialistas, sino como un verdadero cuerpo ininterrumpidamente cohesionado por la Vida en y por Jesús Hostia.  Cuerpo, Comunión, que se fortalece, que crece, que se proyecta, que ilumina al resto de la Iglesia y al mundo no con las luces engañosas del materialismo, del facilismo, del placer, sino con la Verdad, la Luz,  la Cruz Salvadora, el Altar Victimal de Cristo.

Así la “Cruzada Eucarística” no será el conjunto de actos de personas aisladas e insatisfechas, sino que será la “acción” del Cuerpo de Opus Cordis Eucharistici como célula de la Iglesia, y por tanto “Acción” que será parte integral de la “Misión esencial” de la Iglesia, el establecimiento del Reino de Cristo… Acción y Misión que realizándose en el tiempo habrán de culminar en la trascendencia del Reino de Dios Uno y Trino.  Así sea.

Pbro. José Pablo de Jesús, o.c.e.